Si miras tus pies y crees que lucen secos y rasposos, es tiempo de quitar la piel muerta que se va a acumulando en ellos con el paso de los días. Unos pies bellos y suaves son el resultado de buenos cuidados y atenciones, por lo que es importante que te deshagas de la piel muerta desde el primer momento que la empieces a notar, pues, de no ser así, puede partirse y dejar marcas o grietas casi imposibles de remover. Entre las formas que existen para quitar esos molestos residuos, los métodos caseros han demostrado ser casi tan efectivos como los profesionales.
Cuidar tus pies en casa
1. Remoja tus pies en jugo de limón. Ten en cuenta que remojar los pies en jugo de limón por alrededor de 10 minutos es una gran manera de eliminar el exceso de piel muerta que se haya acumulado en ellos, ya que el ácido que contiene te ayudará a que esta sea más fácil de quitar. Una vez que los hayas remojado en jugo de limón durante 10 minutos, usa una piedra pómez o una lima para quitarte la piel muerta y reseca de los pies.
Puedes comprar cuchillas cortacallos y navajas para pies en muchas farmacias y tiendas departamentales, pero los médicos no las recomiendan. Considera que, en muchos estados de los Estados Unidos, es ilegal usarlas en los spas, debido a que pueden causar cortaduras y rasgaduras que se podrían infectar con facilidad, especialmente en el ámbito de un spa.
2. Elabora tu propia crema para los talones agrietados. En un frasco chico con tapa, pon una cucharada de aceite de oliva. Añade unas gotas de aceite de limón o de lavanda. Cierra bien la tapa del frasco y agita hasta que el líquido en su interior esté espeso y lechoso. Aplícate el aceite en los pies, especialmente sobre el área de los talones, para promover la humectación de la piel. Puedes guardar el resto para usarlo luego, solo recuerda agitar el frasco antes de cada aplicación.
3. Aceita tus pies antes de acostarte. Comienza por darte un baño o una ducha o lávate solo los pies. Sécalos bien con una toalla, incluyendo las áreas entre los dedos. Aplícate una capa de aceite vegetal en los pies y luego ponte un par de calcetines gruesos. Duerme con los calcetines puestos. Es muy probable que descubras que la piel reseca de tus pies mejora mucho en solo unos pocos días.
Ten presente que el aceite puede manchar las telas, como por ejemplo, tus calcetines, así que escoge un par que no te importe arruinar. Los calcetines también te ayudarán a no manchar las sábanas con aceite.
4. Prepara tu propia mascarilla nocturna para los pies. Pon una cucharada de vaselina, o de un producto similar, y el jugo de 1 limón en un recipiente y mezcla bien. Date un baño, una ducha o lávate solo los pies. Sécalos bien con una toalla, aplícate TODA la mezcla en los pies y ponte un par de calcetines gruesos de lana. Acuéstate a dormir. A la mañana siguiente, sácate los calcetines y frota tus pies para quitar el exceso de piel muerta.
En este caso, se usan los calcetines de lana porque estos no permitirán que la mezcla se escurra y manche las sábanas. Escoge un par que no te importe manchar con la mascarilla.
5. Prueba con cera de parafina para humectar tus pies. Primero, derrite la cera en un recipiente grande, ya sea en el microondas o a baño María. Cuando la parafina se haya derretido, añade una cantidad igual de aceite de mostaza. Sumerge un pie en el recipiente y cúbrelo con la mezcla. Saca el pie y deja que la cera se enfríe. Vuelve a sumergir el mismo pie. Sácalo y envuélvelo en envoltura plástica o ponlo adentro de una bolsa de plástico. Repite el mismo procedimiento con el otro pie. Permanece sentado por alrededor de 15 minutos y luego retira el plástico y la cera. El aceite de mostaza ayuda a fortalecer y humectar la piel de tus pies.
Hacer una pedicura
1. Remoja tus pies. Primero tendrás que conseguir o comprar un recipiente lo suficientemente grande y profundo como para acomodar y sumergir tus pies totalmente. Añade unas gotas de un jabón suave al recipiente y llénalo de agua tibia hasta la mitad. También puedes agregar algunas gotas de tu aceite esencial favorito, a fin de disfrutar de una aromaterapia mientras te relajas. Siéntate en una silla cómoda y remoja tus pies en el agua por 10 minutos.
Usa 1/2 taza de sales de Epsom en lugar de jabón. Las sales de Epsom en realidad son un compuesto mineral elaborado con magnesio y sulfato. Tanto el magnesio como el sulfato aportan excelentes beneficios para la salud y se absorben rápidamente a través de la piel. Esto convierte a un baño de pies con sales de Epsom en una gran manera de darle a tu cuerpo magnesio y sulfato y de obtener beneficios tales como la mayor producción de serotonina, el aumento de la energía, la reducción de las inflamaciones, la eliminación del mal olor en los pies y la mejor circulación de la sangre.
Usa 1/4 de taza de vinagre blanco en lugar del jabón. El vinagre tiene beneficios que muchos desconocen y una gran parte de ellos están fuera de la cocina. Remojar tus pies en una solución con vinagre ayuda a eliminar el mal olor y a reducir el peligro de contraer hongos, tales como el pie de atleta. Si remojas tus pies en esta solución, el ácido del vinagre ablandará la piel reseca o muerta y esto te facilitará la tarea de quitarla.
2. Quita la piel muerta y las callosidades. Usa una piedra pómez o una lima a fin de quitar la piel muerta y las callosidades de las plantas de tus pies. Tal vez tengas que flexionar las piernas hacia atrás a fin de alcanzar toda la zona de los talones. No olvides revisar tus dedos en busca de callos y piel muerta.
Recuerda mojar la piedra pómez antes de usarla.
Ten en cuenta que las piedras pómez, las cuchillas cortacallos, las limas, etc., son grandes opciones para quitarte la piel muerta o reseca de los pies después de haberlos remojado. Sin embargo, considera que aunque puedes comprar una cuchilla cortacallos en muchas farmacias y tiendas departamentales, los médicos no recomiendan su uso. Desafortunadamente, con esta herramienta podrías cortarte o rasgarte la piel de los pies y contraer una infección con mucha facilidad.
3. Cuida tus cutículas y tus uñas. Usa un palillo de naranjo para empujar las cutículas de cada uno de los dedos de los pies. Luego, usa un cortaúñas grande o especial para cortarte las uñas. Si decides dejarlas un poco más largas, asegúrate de que no superen el borde del dedo. Además, corta tus uñas rectas, a lo largo de todo el ancho de las mismas, no de manera tal que los bordes se curven hacia adentro o hacia abajo. Ten en cuenta que las uñas mal cortadas se pueden encarnar y que este problema es muy doloroso. Límate los bordes de las uñas con una lima de cartón o de esmeril después de habértelas cortado.
4. Huméctate los pies y los tobillos. Hazte un masaje en cada pie, incluyendo los dedos y uñas, con un humectante de buena calidad. Considera la posibilidad de usar un rodillo o masajeador de pies antes o después de haberte aplicado el humectante, a fin de masajear tus pies aún mejor. Siéntete libre de usar una cantidad generosa de humectante en este paso, pero ten cuidado cuando camines si tus pies no absorbieron toda la crema.
5 Píntate las uñas. Si quieres pintarte las uñas de los pies, comienza por usar una pequeña cantidad de quitaesmalte, a fin de eliminar cualquier exceso de humectante que pueda haber quedado sobre ellas. Luego aplica una base transparente sobre cada uña y déjala secar antes de aplicar la siguiente capa. Aplica 1 o 2 capas de esmalte de color dejando que se seque la primera antes de pasar a la segunda. Por último, usa una capa de esmalte transparente para darle el acabado final a cada uña.[18] Una vez que hayas terminado, deja que el esmalte se seque por el mayor tiempo posible antes de ponerte calcetines o zapatos. Lo mejor sería que no te pongas zapatos o que uses unas sandalias abiertas hasta que tengas la seguridad de que el esmalte está seco.
Puedes comprar quitaesmalte con o sin acetona. El que contiene acetona es mejor para quitar el esmalte, pero también podría ser más dañino para tu piel y tus uñas. Si tienes propención a las uñas secas y quebradizas y te las pintas con frecuencia, tal vez quieras usar un quitaesmalte sin acetona, que maltratará menos tu piel y tus uñas, aunque te podría costar más trabajo quitarte todo el esmalte.
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