El mundo de las dietas es ingrato: a veces es más el esfuerzo que se hace por cumplirla que los resultados visibles, y eso genera mucha frustración y enojo.
El hambre, el malhumor y la ansiedad son un precio demasiado alto a pagar para bajar un par de kilitos, y eso sumado a la inercia, a la permanente oferta y a la falta de tiempo hace que casi todas las dietas naufraguen en el intento.
Ser realista, sacarles presión y reemplazar el concepto de “dieta” (que empieza y termina y tiene connotaciones prohibitivas) por “plan de alimentación” parece el quid de la cuestión para poder sostener en el tiempo y obtener resultados visibles. Te pasamos 5 tips de nutricionista para que la próxima vez que encares una logres completarla con éxito.
-PONTE OBJETIVOS
“La clave son objetivos claros, realistas y a corto plazo” dice Lavia. Con una meta clara es más fácil cotejar resultados y sentirse motivada. Además, servirá como incentivo en momentos de debilidad, por lo cual es importante que sea alcanzable. Más allá de aspirar a cierta cantidad de kilos menos (podés empezar por 4 en vez de 10 y ya todo va a ser más ameno), buscá objetivos menos arbitrarios y más tangibles, como volver a entrar en cierto pantalón o volver a lucir parecida a cierta foto en la cual te ves saludablemente bella.
Pensalo también al revés: eliminar absolutamente todos los alimentos que te dan placer, o eliminar por completo la carne si antes la consumías en todas las comidas ¡no es realista!
-HAS EL SEGUIMIENTO CON UN ESPECIALISTA
Un grave error es seguir cualquier dieta que encontraste en una revista o que te recomendó una amiga: todos los cuerpos y metabolismos son diferentes, necesitan diferentes cosas y reaccionan de maneras diferentes. Lo que le sirvió a tu amiga puede no sólo no servirte a vos, ¡sino perjudicarte! “No estoy a favor de ninguna de esas dietas tan difundidas que restringen grupos de alimentos. No pueden pensarse a largo plazo, porque no son saludables y porque son imposibles de seguir” dice la nutricionista. Mejor, asesorate con un profesional para diseñar un plan indicado para vos.
-HAZLA DE A DOS
Nada mejor que contar con el apoyo de un par que esté exactamente en la misma que vos. Cuando estés por flaquear, te servirá de incentivo ver que tu compañero de dieta no; y si van a eventos sociales juntos será más fácil resistir y no romper la dieta.
Para que tenga sentido tiene que ser alguien con quien compartís tiempo seguido: amiga cercana, pareja, hermana o compañeros de trabajo.
-¡NO TE OBSESIONES!
Una cosa es marcar un objetivo claro y otra muy diferente es obsesionarse. Contar calorías maniáticamente, pesarse diez veces por día, no hablar de otra cosa: esos comportamientos no ayudan en nada, al contrario. Es importante que nunca pierdas de vista que es algo que hacés puramente por y para vos: por tu salud y tu autoestima. No tenés que demostrarle nada a nadie ¡Así que relájate!
Intentá centrarte en los pequeños logros (tu cara está más deshinchada, tu vestido favorito te queda mejor) en vez de obsesionarte con detalles.
“No obsesionarse, darse tiempo y saber que un tropezón no es caída es clave. Si algo no sale cómo y cuándo lo planeaste, ¡no pasa nada! Si te tentaste con algo, tampoco: no intentes compensar, no pienses que arruinaste todo. Retomá como si no hubiera pasado nada, y listo”, alienta Jesica.
-DATE GUSTOS
La idea es incorporar una nueva educación alimentaria integral, que te acompañe a lo largo de tu vida, que te ayude a elegir qué, cuánto y cómo comer para estar no solo en forma, sino saludable ¡y feliz! Con esta visión integral, dejar el placer absolutamente afuera no tiene sentido. “Darse gustos (grasas, dulces, comida chatarra) está bien si es cada tanto. Lo importante es aprender a manejar la frecuencia y el tamaño de las porciones”, concluye la especialista.
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